sábado, 28 de mayo de 2011

Moreno Valle pretende asesinar al municipio libre.

Mireya Ramírez Martínez


Uno a uno los presidentes municipales son llamados a firmar El Convenio. El fin es simple: que el alcalde permita al gobierno estatal licitar y ejecutar la obra pública municipal. Con ello se pretende asesinar al municipio libre, pasar por encima de la ley, y convertir en un administrativo a la autoridad local. El autor es el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.


¿En qué radica el riesgo de asesinar al municipio libre? El paternalismo continuará y la presión por obra pública será mayor. El centralismo ahondará los rezagos en los municipios, pues las decisiones se tomarán desde los escritorios no desde las necesidades de quienes las padecen, ni se harán corresponsables de su propio avance. En consecuencia no habrá desarrollo.


Además, al estilo del actual gobierno las constructoras también serán empresas que ni siquiera son poblanas. Esto conlleva a la descapitalización del estado y la continuación en la pobreza y la marginación de los poblanos.


Más que tratar de frenar una corrupción galopante, la medida se intelige como la oportunidad del gobierno del estado para acaparar la obra pública.


De ahí que no se dictaran reglas de operación para los recursos que entregaron a los municipios, y la obra pública está parada en la mayoría de los pueblos, aunque el dinero fue entregado desde los primeros días de gobierno.


Ni los intelectuales, ni los juristas, ni los diputados, ni el PRI-oposición, se ocupa en sus declaraciones de defender la autonomía municipal, consagrada en la Constitución Política Mexicana.


Nadie hace nada, nadie dice nada. Pareciera que todo esto es parte del pacto que hicieron entre el saliente Mario Marín Torres y Rafael Moreno Valle Rosas: “déjame el campo libre, no me pongas trabas de ningún tipo; que yo no te las pondré a ti”.


Un gobierno participativo, como el que en sus discursos refiere el gobernador de Puebla, requiere de verdadera acción y congruencia; no de simulación.


Aunque el actual gobierno no lo entienda, el fortalecimiento de las instancias locales de gobierno significa fincar las bases del desarrollo. Tanto porque los ciudadanos aún de los sitios más recónditos tienen que participar de los beneficios, pero también de las obligaciones, en vez de ser marginados de la toma de decisiones; como porque el presidente municipal es el primer contacto como autoridad con los ciudadanos, es a fin de cuentas una extensión del gobierno estatal, de algún modo, pues Moreno Valle no puede ejecutar en todos los rincones. si se quiere ciudadanos que actúen desde la madurez, es necesario correr los riesgos de respetar su autonomía.


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